Por Werner
Gitt
Leer la Biblia es según la voluntad de Dios parte de las
actividades diarias necesarias, como el comer y el beber, por
eso leemos en Jeremías 15:16a: "Fueron halladas
tus palabras, y yo las comí".
La Biblia misma da numerosas razones que nos indican por qué es
imprescindible su lectura:
1. Para
reconocer la naturaleza de Dios:
Su grandeza (Sal 19), su amor (1 Jn 4:16), su misericordia (Nm
14:18), su fidelidad (Sal 25:10), su verdad (Nm 23:19) se nos
manifiesta por medio de la Palabra revelada.
2. Para
poder ejercitar fe: "Así que la fe es por
el oír, y el oír, por la Palabra de Dios" (Ro
10:17).
3. Para
crecer en la fe: "Desead,
como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada,
para que por ella crezcáis para salvación" (1 P 2:2).
4. Para
tener la seguridad de la salvación: "Estas
cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo
de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna" (1 Jn 5:13).
5. Para
tener la sana doctrina: "Retenedor
de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también
pueda exhortar con sana enseñanza, y convencer a los que
contradicen" (Tito
1:9). La Biblia corrige provechosamente nuestra manera de vivir
y pensar. El sectario, en cambio, se sirve de la Biblia como de
un libro de referencia en el que solamente busca confirmar las
ideas que le han sido inculcadas en otro lugar.
6. Para
pasar seguros por esta vida: "Lámpara
es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino" (Sal
119:105).
7. Para
fijar prioridades en la vida: "Mas
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas" (Mt
6:33).
8. Para
la educación de los hijos: "Por
tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en
vuestra alma…y las enseñaréis a vuestros hijos" (Dt
11:18-19).
9. Para
la conducta correcta con respecto a nuestro prójimo: "Amarás
a tu prójimo como a ti mismo" (Mt 19:19); "…estimando
cada uno a los demás como superiores a él mismo"
(Fil 2:3); "Amad
a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid
a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian" (Lc
6:27-28).
10. Para
alegría y refrigerio: "Porque
con ellos (tus mandamientos), me has vivificado" (Sal
119:93b); "…tu
palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón" (Jer
15:16).
11. Para
consuelo en situaciones difíciles: "Abatida hasta
el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra" (Sal
119:25).
12. Para
ayuda en la angustia: "Invócame
en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás" (Sal
50:15).
13. Para
no extraviarse: "De
tus mandamientos he adquirido inteligencia" (Sal
119:104). Jesús atribuye los extravíos de los hombres a su
ignorancia de las Escrituras: "Erráis, ignorando
las Escrituras y el poder de Dios" (Mt 22:29).
14. Para
protección contra el pecado: "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti" (Sal 119:11).
15. Para
reconocer el pecado: "Toda
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia" (2
Ti 3:16).
16. Para
interpretar los acontecimientos actuales: "La revelación de Jesucristo…para manifestar a sus siervos las cosas
que deben suceder pronto" (Ap
1:1).
17. Para
base del trabajo científico: La Biblia provee los principios fundamentales para
numerosas ciencias. Estos requisitos necesarios para el trabajo
son indispensables especialmente en aquellos campos que tienen
que ver con las cuestiones sobre el origen (p.ej. cosmología,
geología, biología) o en los que la imagen del hombre desempeña
un papel fundamental (p.ej. psicología, medicina).
18. Para
reconocer la voluntad de Dios: "…para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios…" (Ro
12:2). La voluntad de Dios no está sólo en los Diez
Mandamientos (Éx 20:1-17), sino que se revela en numerosos
pasajes de las Escrituras (p.ej. 1 Ts 4:3; 1 Ts 5:18; 1 P 2:15;
He 10:36; He 13:21).
19. Para
purificar los pensamientos: "Ya
vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado" (Jn
15:3).
20. Para
actuar sabiamente: "El
principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen
entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos" (Sal
111:10).
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